martes, 18 de noviembre de 2008

Poema de sordo oído

No entiendo lo que me dices,
tus palabras cual viento
atrapado en los árboles
a mi corazón no llegan.

El sonido de tu pensamiento
inunde el mundo entero
pero en mi jardín secreto
no vibra de mi corazón el oído.

La nota cristalina de tu etérea lira
muere envenenada en la melodía
del laúd triste de las estrellas
y se va con la partitura del universo.

¡No te oigo! ¡Más alto! Por favor,
¡Grita! me costaría tanto dolor
verte pasar esbelta y feliz
y no oír lo que dibuja tu boca.

1 comentario:

Guillem dijo...

Los tres últimos versos de la última estrofa evocan al Mediterráneo. Nos sumergen en el agua, nos recubren la piel de sal, nos acercan a la lírica tradicional: composiciones arábigo-andaluzas, canciones sefardíes, jarchas, zéjeles, moaxajas... Esperamos contemplar gacelas de ojos tristes y oír la cuerda rasgada de tu guitarra. Se percibe el cante y tu pasión por la música. Huele a mar.